En la rutina diaria estamos continuamente sometidos a estrés (trabajo, problemas, niños, tareas de casa, nuevas tecnologías, COVID, etc…), las obligaciones y mil cosas más hacen que poco a poco nos sintamos sobrepasados. Para ello es importante saber detectar nuestro nivel de estrés y parar antes de llegar al máximo.

No todo el estrés es malo, el termino eustrés hace referencia al estrés positivo (ese que nos activa) y el distrés al que es perjudicial y nos hace sentir muy sobrecargados.

Altos niveles de estrés en el tiempo afectarán a nuestro sistema de defensas (algo muy importante en los tiempos actuales), producirán problemas estomacales, perdida de pelo, enfermedades en la piel, alergias, problemas psicológicos, síndrome de estar quemado, problemas de sueño e incluso problemas médicos permanentes.

Por ello que saber conectar y desconectar del estrés es imprescindible hoy en día. Para esto os ofrecemos unas sencillas pautas que podéis poner en práctica en vuestro día a día. Animaros y contadnos vuestras experiencias:

  • Actividad física y deporte.

Sobre todo el deporte aeróbico, ayuda a eliminar cortisol (hormona del estrés) genera endorfinas y dopamina (hormonas de la satisfacción), oxigena el cerebro de forma continua, permite que lleguen nutrientes a todo nuestro cuerpo, mejora la calidad del sueño, nos permite sentirnos mejor y aumenta nuestras defensas.

  • Maneja una rutina que sea alcanzable y sana.

Mejorará tu sensación de satisfacción y te permitirá aprovechar el día. Tener una agenda y un horario te ayudará a ubicar pequeños descansos y organizar mejor esas actividades que te resulten más difíciles.

  • Mantén una vida social estable, agradable y diversa.

Tener amigos y poder hablar con ellos de cosas diferentes a la rutina, te permitirá pensar en otras cosas y desconectar de tu día a día. Permítete ver a tus amistades alguna vez a la semana y distráete con ellas.

  • Haz actividades agradables.

Leer un libro con el que disfrutes, escuchar música tranquila e instrumental, dar un paseo por el parque o la naturaleza, ver una película que te haga reír o te permite desconectar, cocinar si te gusta, pintar o practicar manualidades, etc. Son actividades que han demostrado influir positivamente sobre el estrés. Trata de practicar aquellas que más te gusten de vez en cuando.

  • Establece vínculos estrechos con alguien.

Tener una pareja, una mascota, visitar a familiares cercanos con los que se tenga buena relación o tener un amigo cercano reduce positivamente el estrés ya que genera oxitocina (hormona del afecto que nos hace sentir bien), siempre y cuando la relación sea buena y el afecto este presente.

  • Viaja, aunque sea cerca.

Aprovecha los fines de semana para hacer cosas distintas y visitar lugares nuevos. Salir de tu zona de confort los fines de semana te ayudará a mantenerte distraído y valorar otras realidades. Es una forma radical de cambiar el “chip” siempre que no te lleves los problemas en la maleta.

  • Es mejor poner límites que sobrecargarse y hacer las cosas mal.

Muchas personas se exigen un rendimiento imposible, en los momentos que vivimos hoy en día nuestro trabajo no debe ser la base de nuestra vida. Es mejor decir basta (aunque cueste) que terminar fallando, dado que los errores solo generarán más estrés. Desafortunadamente muchas personas no saben decir que no a tiempo y terminan quemándose (síndrome de estar quemado o de burnout).

  • Evita dejar las cosas para mañana.

Aunque parezca contradictorio, te puedes terminar estresando por dejar las cosas para otro momento y es que acabas encontrándote con mil tareas al día siguiente que no te permiten seguir avanzando. Organizarse es importante, tener una rutina y un poco de fuerza de voluntad.

  • Aprende a identificar tu estrés y a relajarte.

Tener un termómetro personal que nos diga a que nivel esta nuestro estrés es algo imprescindible. Saber modularlo empieza por reconocerlo y pararlo para luego disminuirlo. La relajación en cualquiera de sus formas (meditación, mindfullness, visualizaciones, relajación progresiva y profunda, entrenamiento autógeno, etc…) te puede ayudar a reducir el estrés. Pero recuerda que esto hay que practicarlo con frecuencia para saber manejarlo.

  • Duerme por las noches el tiempo necesario y ten un horario estable.

Acostarse y levantarse a la misma hora ayuda a establecer un ciclo de sueño donde descansaremos mejor y nos recuperaremos más rápido. Por eso es importante levantarse y acostarse todos los días a la misma hora y dormir entre 6 y 8 horas (esto varía según la edad y otros factores).

  • Se egoísta con tu salud, solo tienes la tuya.

Las personas más estresadas que he conocido son aquellas que no piensan en sí mismas desde un punto de vista saludable. Para ellas su salud no es importante y solo cuentan las actividades que tienen que hacer. Terminan trabajando a las 3 de la madrugada o dejando listas de tareas interminables sin hacer porque el día no tiene más horas.

  • Di no al trabajo en vacaciones.

El trabajo y las vacaciones simplemente no se llevan bien. Cuanto menos trabajes en vacaciones más tiempo tendrás para otras cosas que conforman tu vida y te dan sentido como persona.

  • Consulta a un especialista.

Un psicólogo te puede ayudar a manejar el estrés de tu día a día, asegúrate de que sea sanitario o clínico e infórmate bien antes de empezar la terapia sobre todos los detalles que necesites. Si es un buen profesional te iras sintiendo mejor desde el primer día.

En INITIUM SALUD podemos ayudarte, consúltanos tu caso.

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